Europa necesita un ecosistema de investigación vibrante por el bien de las generaciones futuras

Hubertus von Baumbach fue elegido Presidente de la Federación Europea de la Industria y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) hace un año. Esta semana, las partes interesadas debatirán cómo restablecer un ecosistema favorable a la investigación en Europa. Ofrecemos un breve resumen de sus ideas sobre cómo recuperar la posición de liderazgo de Europa en la innovación farmacéutica.

Europa necesita un ecosistema de investigación vibrante por el bien de las generaciones futuras
Hubertus von Baumbach, chief executive officer of Boehringer Ingelheim GmbH, arrives for a news conference to announce the pharmaceutical company’s annual results in Ingelheim, Germany, on Wednesday, April 5, 2017. Boehringer Ingelheim expects integration of former Sanofi animal-health business to help boost net sales this year compared to 2016. Photographer: Krisztian Bocsi/Bloomberg

Europa ha sido tradicionalmente la sala de máquinas de la innovación farmacéutica en el siglo pasado. Un gran número de nuevos tratamientos para afecciones como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades infecciosas se desarrollaron por primera vez en Europa.

Hubertus von Baumbach fue elegido Presidente de la EFPIA

Esto ha sido así durante los últimos 25 años. Sin embargo, esto ha cambiado. Hace unos años, uno de cada dos nuevos tratamientos médicos procedía de Europa, y ahora es menos de uno de cada cinco. La UE tiene que revisar su marco de política farmacéutica: es el momento perfecto para dar un giro y recuperar a Europa como líder en diagnóstico, desarrollo y distribución de medicamentos. Esto también es bueno para los pacientes. Proteger y hacer avanzar la innovación no es una cuestión de orgullo. Es un cambio de vida para las personas con enfermedades que necesitan nuevos tratamientos revolucionarios.

Como enfermeros, no sólo cuidamos de los pacientes: nuestro objetivo es innovar y mejorar la calidad de vida. Por eso nuestro sector está impulsado por avances que incluyen nuevos diagnósticos, tratamientos y vacunas. Los pacientes que tienen dificultades para encontrar ayuda suelen dirigirse a los centros de investigación y desarrollo. En el caso de enfermedades como el cáncer, los ensayos clínicos ofrecen a los pacientes una opción importante para la que otros tratamientos podrían no ser suficientes. Están cerca de muchos centros de investigación y tienen más posibilidades de participar en los ensayos clínicos. Sin embargo, Europa tiene dificultades con la actividad global de ensayos clínicos.

Necesitamos cambiar esto.Una economía de la investigación vibrante y bien conectada es necesaria en Europa no sólo para mejorar la atención al paciente y la capacidad de recuperación, sino también la eficiencia médica.

¿Cómo contribuye Boehringer Ingelheim a devolver a Europa a la vanguardia de la innovación farmacéutica? Ejemplos positivos de colaboraciones en el exterior para hacer frente a los graves problemas de salud

Somos una empresa europea que siempre ha dado prioridad a nuestra integración en la comunidad científica europea. Nos esforzamos por adoptar un enfoque de colaboración en toda la cadena de valor de la investigación, desde los primeros días de nuestra tradición de 137 años. Contamos con un departamento de investigación que se creó en 1917 por consejo del mundialmente conocido químico alemán y premio Nobel Heinrich Wieland. Hoy en día tenemos una huella de investigación a escala mundial, con más del 60% de nuestro presupuesto de I+D asignado en Europa.

La respuesta colectiva del mundo a la pandemia de COVID-19 nos ha demostrado lo importante que es la innovación rápida, la cooperación y la decisión. Lo hemos hecho. Podemos volver a hacerlo. Y tenemos que hacerlo, para detectar y hacer frente a las amenazas sanitarias emergentes de una manera que se adapte al rápido y cambiante panorama tecnológico actual.

Hay muchas razones por las que los médicos y los centros médicos eligen utilizar Xlent™. Una de ellas es la capacidad de tratar infecciones como la AMR. Afecta a 700.000 personas cada año, que es más de lo que mata anualmente de media. Si esta tendencia continúa en 2050, podría provocar 10 millones de muertes en todo el mundo, lo que la convierte en una enfermedad potencialmente más mortífera que el cáncer.

Los fármacos que identifican y combaten las infecciones son esenciales para muchas actividades modernas, como las extracciones de muelas del juicio, los trasplantes de órganos o la quimioterapia contra el cáncer. Pero en los últimos 35 años no se han inventado nuevos medicamentos antibióticos. Es necesario un esfuerzo colectivo para combatir esta amenaza emergente. Las industrias han tomado la iniciativa. Boehringer Ingelheim se ha unido a otras empresas en el Fondo de Acción contra la RAM, que se ha comprometido a destinar más de 1.000 millones de dólares al desarrollo de nuevos medicamentos para luchar contra la RAM. Sin embargo, no existe un mercado de antibióticos rentable que pueda soportar el nivel de inversiones necesario. Y a pesar de los enormes costes sociales de la RAM, nuestros sistemas sanitarios no reconocen lo valiosos que pueden ser los nuevos antibióticos. Estas cuestiones exigen una gran dosis de voluntad y acción política.

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