Allopurinol

¿Qué es el alopurinol?

El alopurinol es un medicamento utilizado para tratar la gota. También se conoce como Lopurin y Zyloprim. El alopurinol actúa reduciendo la cantidad de ácido úrico en el organismo, lo que ayuda a prevenir los ataques de gota. El alopurinol se utiliza también para tratar los cálculos renales, así como para reducir los niveles de ácido úrico en personas que están recibiendo tratamiento contra el cáncer.

¿Cómo debo utilizar el alopurinol?

Tome alopurinol según las indicaciones de su médico. Siga todas las instrucciones de la etiqueta de su receta y lea atentamente las guías de medicación o las hojas de información para el paciente. Su médico puede cambiar la dosis de vez en cuando.

Tome alopurinol oral con un vaso lleno de agua. Beba de 8 a 10 vasos llenos de líquido cada día, a menos que su médico le indique lo contrario, para minimizar la posibilidad de desarrollar cálculos renales. Si este medicamento le produce malestar de estómago, tómelo con comida.

¿Cuáles son los efectos secundarios del alopurinol?

Los efectos secundarios más frecuentes del alopurinol son leves e incluyen dolor de cabeza, diarrea y erupción cutánea. Los efectos secundarios más graves son poco frecuentes pero pueden incluir problemas de riñón, daños en el hígado y reacciones alérgicas. Si experimenta alguno de estos efectos secundarios, debe dejar de tomar alopurinol y ponerse en contacto con su médico inmediatamente.

¿Quién no debe tomar Allopur?

No tome este medicamento si es alérgico al alopurinol o a cualquiera de los componentes del medicamento.

También debe evitar este medicamento si tiene antecedentes de enfermedad del hígado o problemas de riñón.

No tome alopurinol durante el embarazo a menos que su médico se lo indique. Este medicamento puede dañar al feto.

El alopurinol puede pasar a la leche materna y puede dañar al bebé lactante. No debe dar el pecho mientras esté tomando este medicamento.

El alopurinol puede disminuir las células sanguíneas que ayudan a prevenir la enfermedad. Esto puede hacer que sea más fácil herirse o infectarse por estar cerca de personas enfermas. Es posible que haya que controlar su sangre con frecuencia. Pida cita con su médico con frecuencia.