Lopressor

¿Qué es el Lopressor (Metoprolol)?

El Lopressor (Metoprolol) pertenece a la clasificación de fármacos betabloqueantes y se utiliza como medicamento antihipertensivo. Esto significa que el Metoprolol bloquea o inhibe los receptores beta-adrenérgicos en el sistema nervioso simpático, también conocido como sistema nervioso de lucha o huida. Para un rápido repaso de los receptores beta-adrenérgicos, el beta-1 es responsable de aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el gasto cardíaco. Mientras que el beta-2 es el principal responsable de la broncodilatación.

A dosis bajas, el Metoprolol es un bloqueador beta-1 selectivo, también conocido como bloqueador cardioselectivo. Por eso el Metoprolol se utiliza como medicamento antihipertensivo.

¿Para qué se utiliza el Metoprolol?

El metoprolol se utiliza principalmente para el tratamiento de la hipertensión y la presión arterial alta, pero también se utiliza para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica, la angina de pecho y el infarto de miocardio. El metoprolol también puede utilizarse en ciertas arritmias cardíacas, incluyendo taquiarritmias y taquicardias.

Posología y administración

Este medicamento debe tomarse con alimentos o inmediatamente después de una comida. No se debe masticar, triturar o romper el comprimido, ni beber un vaso de agua con él. La dosis depende de la enfermedad que se esté tratando y puede variar entre 100-450 mg diarios. La dosis individual debe ser prescrita por su médico. A los pacientes de edad avanzada se les recomienda empezar con una dosis diaria de 50 mg. La insuficiencia renal no requiere corrección de la dosis, mientras que la insuficiencia hepática requiere el uso de otros beta-adrenobloqueantes que no se destruyen en el hígado.

Efectos secundarios

Para recordar los efectos secundarios del Metoprolol, es importante recordar cómo funciona el medicamento. Recuerda que el Metoprolol inhibe la unión en los sitios de los receptores beta-1, disminuyendo así la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el gasto cardíaco. Por lo tanto, el metoprolol puede causar bradicardia, o una frecuencia cardíaca anormalmente baja, hipotensión ortostática, mareos y otros problemas, como náuseas, aumento de peso e insomnio.

Recuerde siempre evaluar y controlar los efectos secundarios del Metoprolol. Vigile los cambios en la presión arterial, como la hipotensión ortostática, y asegúrese siempre de que la presión arterial y la frecuencia cardíaca del cliente estén dentro de los límites normales antes de administrar el medicamento. Es muy importante instruir a los clientes para que no dejen de tomar abruptamente el Metoprolol, debido al riesgo de hipertensión de rebote. Al igual que otros antihipertensivos, el metoprolol debe reducirse gradualmente, incluso si la presión arterial del cliente mejora.

Contraindicaciones y sobredosis

Es importante tener en cuenta que, en dosis más altas, el metoprolol puede bloquear los receptores beta-2, causando broncoconstricción. La broncoconstricción puede presentarse como sibilancias y falta de aire. Por ello, el Metoprolol debe utilizarse con precaución en cualquier persona que tenga asma, EPOC u otras disfunciones respiratorias, debido a ese riesgo de broncoconstricción en dosis más altas. El Metoprolol está contraindicado en caso de bradicardia, hipotensión, shock cardiogénico, insuficiencia cardíaca aguda, edema pulmonar agudo, etc.

En el caso de sobredosis de metoprolol, cuando hay bradicardia e hipotensión sintomáticas, el antídoto más común es el glucagón. El glucagón puede administrarse junto con la norepinefrina o la epinefrina, para ayudar a contrarrestar los efectos de la sobredosis.