Patrones de sueño de los niños se mantienen estables antes de la adolescencia: Nueva investigación

Patrones de sueño de los niños se mantienen estables antes de la adolescencia: Nueva investigación

Un estudio reciente realizado por la Universidad Flinders ha arrojado luz sobre los patrones de sueño de los niños preadolescentes. La investigación indica que el tiempo que les lleva a los niños conciliar el sueño se mantiene constante entre las edades de 10 y 12 años. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para las familias, los clínicos y los investigadores, ya que sugieren que los problemas de sueño en niños menores de 12 años pueden estar influenciados más por factores sociales y de comportamiento que por factores biológicos.

Patrones de sueño de los niños se mantienen estables antes de la adolescencia: Nueva investigación

El cambio en la somnolencia

Investigaciones previas han demostrado que a medida que los niños entran en la adolescencia, desarrollan una mayor tolerancia a la sensación de somnolencia por las noches. Esta mayor tolerancia puede llevar a tiempos más prolongados para conciliar el sueño, lo que resulta en que los adolescentes se despierten menos refrescados para la escuela y las actividades del fin de semana.

La Dra. Chelsea Reynolds, una psicóloga clínica de la Universidad Flinders, lideró un estudio destinado a determinar cuándo ocurre este cambio en los niveles de somnolencia en los niños preadolescentes. El objetivo era proporcionar información que pudiera orientar futuras intervenciones diseñadas para prevenir problemas de sueño en la adolescencia.

Medir la somnolencia

Para evaluar los niveles de somnolencia en los niños preadolescentes, expertos invitaron a veinte niños de 10 años a participar en un campamento de sueño cada seis meses durante un período de 18 meses. Durante su estadía, los niños participaron en diversas actividades diurnas, y sus patrones de sueño se monitorearon de cerca durante toda la noche a través de una serie de pruebas.

Durante estas pruebas, los niños fueron despertados si mostraban signos de somnolencia. Estas evaluaciones se llevaron a cabo nueve veces a lo largo de la noche, desde las 7:30 p.m. hasta las 3:30 a.m., lo que permitió a los expertos en sueño medir el tiempo que les llevó volver a estar lo suficientemente somnolientos.

Patrones de sueño estables

La Dra. Chelsea Reynolds destacó los resultados intrigantes del estudio. “Como era de esperar, observamos que los niños de 10 años tardaban en conciliar el sueño al principio de la noche, pero se quedaban dormidos rápidamente a medida que avanzaba la noche y se acumulaba la fatiga”.

“Sin embargo, lo que fue especialmente notable es que a lo largo del período de 18 meses, los niños tardaron aproximadamente el mismo tiempo en conciliar el sueño durante cada prueba de sueño. Esto indica que sus patrones de sueño se mantuvieron estables durante este período. En resumen, los niños menores de 12 años no deberían experimentar cambios significativos en sus niveles de somnolencia por la noche”.

Mirando hacia el futuro

La Dra. Reynolds señaló que se necesita más investigación para comprender lo que sucede después de los 12 años. “Anticipamos que antes de los 15 años, habrá un cambio hacia una menor somnolencia por la noche, con tiempos de conciliación del sueño más largos. Esta es la etapa en la que los padres podrían comenzar a buscar ayuda para sus adolescentes que tienen dificultades para despertarse a tiempo para la escuela”.

La Dra. Reynolds explicó que es común que los adolescentes acudan a un psicólogo del sueño debido a patrones de sueño retrasados y somnolencia extrema por la mañana.

Conclusión

En conclusión, esta investigación proporciona información valiosa sobre la estabilidad de los patrones de sueño de los niños preadolescentes. Sugiere que los problemas de sueño en niños menores de 12 años pueden estar menos influenciados por factores biológicos y más por factores sociales y de comportamiento. A medida que los niños ingresan en la adolescencia, se esperan cambios en los patrones de sueño, lo que podría requerir enfoques diferentes para abordar problemas relacionados con el sueño. Para padres y clínicos, comprender estos patrones de sueño específicos para la edad puede ayudar a adaptar estrategias para promover hábitos de sueño saludables en niños y adolescentes por igual.

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