Adaptación de la Quema de Grasa a las Frecuencias Cardíacas Individuales

Adaptación de la Quema de Grasa a las Frecuencias Cardíacas Individuales

En la búsqueda de una pérdida efectiva de grasa a través del ejercicio, la “zona de quema de grasa” promocionada por muchas máquinas de ejercicio comerciales puede no ser la clave para todos, según investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en el Monte Sinaí. En un estudio reciente publicado en Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Disease, estos científicos revelan que la frecuencia cardíaca óptima para la quema de grasa es un fenómeno altamente individualizado, a menudo divergente de la zona convencional de quema de grasa.

Adaptación de la Quema de Grasa a las Frecuencias Cardíacas Individuales

Hannah Kittrell, autora principal y candidata a doctorado, y directora del Mount Sinai Physiolab, junto con su equipo, proponen que confiar en pruebas clínicas de ejercicio podría ofrecer mejores perspectivas sobre la estrategia ideal de pérdida de grasa de un individuo. Kittrell explica: “La mayoría de las máquinas de ejercicio comerciales ofrecen una opción de ‘zona de quema de grasa’, según la edad, el sexo y la frecuencia cardíaca. Sin embargo, la zona de quema de grasa típicamente recomendada no ha sido validada, por lo que las personas podrían estar haciendo ejercicio a intensidades que no se alinean con sus objetivos personalizados de pérdida de peso.”

En el centro de su investigación está el concepto de FATmax, que representa la intensidad del ejercicio y la frecuencia cardíaca correlacionada en la que el cuerpo alcanza su mayor tasa de quema de grasa durante la actividad aeróbica. Este nivel de intensidad puede ser crucial para aquellos que buscan optimizar la pérdida de grasa durante sus entrenamientos.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio comparando la frecuencia cardíaca en FATmax, medida durante una prueba clínica de ejercicio, con la frecuencia cardíaca prevista en diferentes porcentajes de esfuerzo máximo dentro de la “zona de quema de grasa” convencional. Los resultados fueron reveladores. Entre los 26 participantes, hubo una considerable discrepancia entre las frecuencias cardíacas medidas y las previstas, con una diferencia promedio de 23 latidos por minuto entre las dos métricas. Esta disonancia sugiere que las pautas generales para la zona de quema de grasa pueden no proporcionar una dirección precisa.

Los futuros esfuerzos del equipo incluyen investigar si las prescripciones de ejercicio personalizadas conducen a una mayor pérdida de peso y grasa, junto con mejoras en los marcadores de salud metabólica vinculados a riesgos para la salud como la diabetes tipo 2, la obesidad y las enfermedades cardíacas.

El autor principal, Girish Nadkarni, MD, MPH, destaca la importancia de los hallazgos, afirmando: “Esperamos que este trabajo inspire a más personas y entrenadores a utilizar pruebas clínicas de ejercicio para prescribir rutinas de ejercicio personalizadas diseñadas para la pérdida de grasa. También enfatiza el papel que los enfoques basados en datos pueden tener en el ejercicio de precisión.”

Con el título “Discrepancy between predicted and measured exercise intensity for eliciting the maximal rate of lipid oxidation” (Discrepancia entre la intensidad del ejercicio prevista y medida para provocar la tasa máxima de oxidación de lípidos), el estudio subraya la importancia de reconocer la intrincada interacción entre las frecuencias cardíacas individuales, la quema de grasa y la búsqueda de un estilo de vida más saludable.

El equipo de investigación incluye expertos como Fred J. DiMenna (The Mount Sinai Hospital), Avigdor D. Arad (Centro Médico Tel Aviv), Wonsuk Oh (Icahn Mount Sinai), Ira Hofer (Icahn Mount Sinai), Ryan W. Walker (Icahn Mount Sinai), Ruth J.F. Loos (Icahn Mount Sinai y Universidad de Copenhague) y Jeanine B. Albu (Icahn Mount Sinai). A medida que este ritmo de investigación continúa, se espera que los regímenes de ejercicio personalizados puedan encontrar la nota adecuada para aquellos que buscan maximizar su potencial de pérdida de grasa.

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